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la vida en la edad media

Los Viajes y Viajeros:
Una característica particular de la población, hacia mediados del siglo XI, fue su constante movimiento. A pesar de las fuertes presiones que se ejercían sobre los hombres para inmovilizarlos , el simple crecimiento de la población impulsó a un número cada vez más grande de personas fuera de sus lugares de origen. Los caminos de Europa occidental eran recorridos permanentemente por religiosos, caballeros, estudiantes, vagabundos, mercaderes y campesinos.

EL CLIMA Y LA VIDA EN LA EDAD MEDIA: Los hombres y mujeres de la Edad Media sufrían con dureza las consecuencias del medio físico. Los rigores del invierno eran muy difíciles de combatir para todas las clases sociales, utilizando tanto los nobles como los humildes el fuego para combatirlo.
Gracias a la leña o el carbón vegetal el frío podía ser evitado y surgieron incluso rudimentarios sistemas de calefacción, siendo la chimenea el más utilizado. El refugio más empleado durante los largos y fríos inviernos eran las casas, utilizando numerosas ropas de abrigo para atenuar los rigores meteorológicos. Las pieles eran el elemento característico del vestido medieval. Para combatir el calor sólo se podía recurrir a un baño y las gruesas paredes de las iglesias y los castillos.
Las horas nocturnas solían servir a la fiesta en castillos o universidades, fiestas que se extendían a toda la sociedad en fechas señaladas como el 24 de diciembre o la noche de difuntos. Sin embargo, uno de las situaciones en las que el hombre echaba en falta la luz era por motivo de las grandes catástrofes: pestes, incendios, inundaciones, sequías, etc.
Los incendios eran práctica habitual en el mundo medieval, propagados gracias a la utilización de madera en la fabricación de las viviendas. Un descuido daba lugar a una gran catástrofe utilizándose también el fuego como arma de guerra. Las condiciones sanitarias de la población favorecerán la difusión de las epidemias y pestes, especialmente gracias a las aglomeraciones de gentes que se producían en las ciudades donde las ratas propagaban los agentes transmisores.

Los Hogares y La Alimentación: Según los datos arqueológicos las casas altomedievales eran muy simples, por regla general. Su tamaño era reducido y estaban construidas en madera, adobe y piedras, utilizando paja para el techo. Las cabañas de los campesinos solían medir entre 2 y 6 metros de largo por dos de ancho, horadando el piso para crear un ambiente más cálido. En su interior habitaban la familia y los animales, sirviendo estos de "calefacción".
Las casas podían tener una cerca alrededor donde se ubicaría el huerto, uno de los espacios más queridos en la época. Allí se cultivaban las hortalizas, las legumbres y las pocas frutas que constituían parte de la alimentación de los campesinos El mobiliario de las casas era muy escaso. Algunas ollas de cerámica, platos y marmitas, una mesa y taburetes para comer a su alrededor ya que los germanos abandonaron la costumbre romana de comer acostados y apoyándose sobre un codo. Al ubicarse alrededor de la mesa se emplearon cuchillos y cucharas, aunque serían las manos la pieza más utilizada para comer. La comida más fuerte era la de la tarde, rompiéndose el tópico que en la época medieval se pasaba habitualmente hambre.
Al principio de la comida se servía la sopa, invento franco consistente en caldo de carne con pan. Después se comen las carnes, tanto en salsa como a la parrilla, acompañadas de verdura -coles, nabos, rábanos, aliñados con especias, ajo y cebolla, considerando que las especias favorecían la digestión-. Era habitual que los platos se aliñaran con garum, condimento de origen romano elaborado a partir de la maceración de intestinos de caballa y esturión en sal. El vino y la cerveza regaban estas pantagruélicas comidas habituales en la nobleza. Como no todos los platos eran devorados, las numerosas sobras caían en manos de los esclavos y sirvientes que daban debida cuenta de ellas.





Hace mil años, la población mundial era mucho más reducida que en la actualidad. Probablemente, toda Inglaterra tenía menos habitantes entonces que Manchester hoy en día, y muchos menos que el Londres contemporáneo. China debía contar con una décima parte de su población actual.
La población creció ininterrumpidamente entre los años 500 y 1900, de 200 millones a poco mas de 1600 millones en 1900. Se ve una tendencia que se remonta a la aparición de la agricultura. Hubo de transcurrir mucho tiempo para que la población empezara a aumentar rápidamente, y aunque el proceso se aceleró en el transcurso de los siglos, el crecimiento fue bastante lento en casi todos los puntos del globo hasta 1700. La razón estriba en que para que hubiera más población tenía que haber más alimentos y durante muchos siglos la única manera de obtenerlos consistió en talar bosques y cortar maleza para procurarse tierras de cultivo, tarea que también resultaba muy lenta.


LA GUERRA, LOS TORNEOS Y LA CAZA: Las principales ocupaciones de los señores eran la guerra, los torneos y la caza. La guerra, ocupación favorita de aquellas violentas personas, pues la hacían valiéndose del motivo más baladí, consistía generalmente en sorpresas; era táctica acostumbrada destruir las cosechas del adversario para rendirlo por hambre. Cuando ocurría un choque, los combatientes procuraban más bien - hacer prisioneros que matar, porque los prisioneros eran fuente de provechos. Los ponían, en efecto, en libertad, pero siempre mediante el pago de una suma de dinero llamada rescate.

En los torneos, como en la guerra, se hacían prisioneros que debían pagar rescate. Muchos señores vivían de sus victorias en esas lides, como Otros viven hoy de las suyas, los vencedores en las carreras caballos y en los campeonatos y proezas deportivas.
La caza era menos un placer que una necesidad. El señor cazaba para alimentarse y alimentar a sus hombres. Como la mayor parte del suelo era improductivo,  rara vez se comía carne de vaca o de carnero. El alimento consistía principalmente en carne de cerdo, que de este animal había numerosas manadas en los bosques, en carne de cabrito y, en fin, la que suministraba la caza jabalí, oso, ciervo y corzo cuyos cuartos se Servían enteros.

Los Festines:  En los banquetes con que celebraban las fiestas — torneos, casamientos, bautizos, etc. — también se servían  a más de las aves de corral, perdices, avutardas, cisne y pavos reales o pavones.En aquella época se comía con los dedos, pues e tenedor era tan maravilla en el siglo XV, que el rey de Francia, Carlos V. sólo poseía seis utensilios de este género. En vez de café y de licores, se ofrecía vino refrescado con hielo y aromatizado con canela, clavos, incienso y miel. Ese era el momento en que aparecían juglares, músicos y acróbatas, que tocaban el arpa, la cornamusa, la chirimía, y, al mismo tiempo, mostraban títeres y animales adiestrados, hacían habilidades sobre cuerdas, y juegos y truhanerías. Después se presentaban trovadores y troveros que cantaban y recitaban trozos de los cantares de gesto o las hazañas de Carlomagno y del Cid.

LA MUERTE:En la concepción cristiana la muerte se considera el instante en el que se separan cuerpo y alma. Según esta concepción, el buen cristiano debe estar preparado en cualquier instante para este momento y las voluntades de los mortales se recogían en los testamentos.
Para conseguir la salvación de los difuntos era necesaria la mediación de los clérigos lo que motivaba el encarecimiento de la muerte. La misa era la fórmula de conectar el mundo de los vivos con el de los muertos y ahí también encontramos una evidente diferenciación social ya que los ricos podían ofrecer más misas por sus difuntos al tiempo que tenían más posibilidades de realizar la caridad con los pobres.